Saturday, August 29, 2009





Fe de erratas: Donde el antiguo Testamento dice lo que dice, debe decir lo que quiza me ha confesado su principal protagonista:

Lastima que Adan fuera tan bruto. Lastima que Eva fuera tan sorda. Y Lastima que yo no supe hacerme entender.
Adan y Eva eran los primero seres humanos que de mi mano nacian, y reconozco que tenian ciertos defectos de estructura, armado y terminacion. Ellos no estaban preparados para escuchar, ni para pensar. Y yo.. bueno, quiza yo no estaba preparado para hablar. Antes de Adan y Eva, nunca habia hablado con nadie. Yo habia pronunciado bellas frases, como "Hagase la luz", pero siempre en soledad. Asi que aquella tarde, cuando me encontre con Adan y Eva a la hora de la brisa, no fui muy elocuente. Me faltaba practica.
Lo primero que senti fue asombro. Ellos acababan de robar la fruta del arbol prohibido, en el centro del paraiso. Adan habia puesto cara de general que viene a entregar la espada y Eva miraba al suelo, como contando hormigas. pero los dos estaban increiblemente jovenes y bellos y radiantes. Me sorprendieron. Yo los había hecho; pero yo no sabia que el barro puede ser luminoso.
Después, lo reconozco, sentí envidia. Como nadie puede darme ordenes , desconozco la dignidad de la desobediencia. Tampoco puedo conocer la osadía del amor, que exige dos. En homenaje al principio de autoridad, me aguante las ganas de felicitarlos por haberse hecho súbitamente sabios en pasiones humanas.
Entonces vinieron los equívocos. Ellos entendieron caída donde yo hable de vuelo. Creyeron que un pecado merece castigo si es original. Dije que peca quien desama: entendieron que peca quien ama. Donde anuncie pradera de fiesta, entendieron valle de lagrimas. Dije que el dolor era la sal que daba gustito a la aventura humana: entendieron que yo los estaba condenando al otorgarles la gloria de ser mortales y loquitos. Entendieron todo al revés. Y se lo creyeron.
Ultimamente ando con problemas de insomnio. Desde hace algunos milenios, me cuesta dormir. Y dormir me gusta, me gusta mucho, porque cuando duermo, sueño. Entonces me hago amante o amanta, me quemo en el fuego fugaz de loa amores de paso, soy cómico de la legua, pescador de alta mar o gitana adivinadora de la suerte; del árbol prohibido devoro hasta las hojas y bebo y bailo hasta rodar por los suelos.
Cuando despierto, estoy solo. No tengo con quien jugar, porque los ángeles me toman tan en serio, ni tengo a quien desear. Estoy condenado a desearme a mi mismo. De estrella en estrella ando vagando, aburriendome en el universo vacío. Me siento muy cansado, me siento muy solo. Yo estoy solo, yo soy solo, yo solo por toda la eternidad.

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Texto: Eduardo Galeano
Imagen: wikipedia